La casa Prada fue fundada por Mario Prada en 1913. Dedicada a la confección y venta de baúles, bolsos, maletas y zapatos en sus dos tiendas en Milán, consiguió disponer en poco tiempo de una cartera de clientes en Europa y EE. UU. Posteriormente, con el aumento de los viajes aéreos, las maletas Prada, confeccionadas a menudo con una resistente pero voluminosa y pesada piel de morsa, no parecían ajustarse a las necesidades de los viajeros; por eso Prada se concentró en el diseño de accesorios, bolsas de mano y maletas de exquisito cuero y resistentes al agua. En 1978 empieza su etapa más decisiva. Miuccia, la nieta de Mario, entró al mando de la compañía. Miuccia Prada se había licenciado en Ciencias Políticas y además había estudiado cinco años de interpretación en el Teatro Piccolo de Milán. Aunque su preparación no parecía la apropiada, tenía un sentido estético novedoso y, según algunos, infalible. Por aquel entonces, la marca seguía produciendo principalmente artículos de cuero, y capeaba varios años de dificultades económicas. La competencia con otras firmas de moda similares, como Gucci, la había perjudicado bastante. Miuccia dio un vuelco a la situación cambiando la trayectoria de la casa, llevándola al sector del prêt-à-porter de lujo. Al tiempo, Miuccia se casaba con Patrizio Bertelli, que se encargaría de administrar el negocio, permitiendo así a su esposa dedicarse a la formulación de la nueva estética Prada.
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